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lunes, 1 de marzo de 2010

“Primero sentimos el terremoto y media hora después una ola enorme arrasó con todo”

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Los pobladores de la localidad costera de Dichato contaron cómo el tsunami arrasó su pueblo la madrugada del sábado.


Dichato, Chile (EFE). Todavía hoy, dos días después del terremoto que asoló el centro y sur de Chile, los habitantes de Dichato no pueden creer que su pequeño pueblo costero, situado a 38 kilómetros de Concepción, dejó de existir arrastrado por una ola.

El escenario supera lo dantesco: las casas están desplazadas a más de 700 metros de su ubicación original.

El suelo parece un mosaico en el que con dificultad se diferencian las baldosas de la arena arrastrada desde el mar, las habitaciones succionadas y vueltas al revés, y más de media docena de barcos y lanchas encajadas entre las viviendas derruidas.

Dichato es hoy una planicie repleta de escombros y miradas estupefactas, con 26 muertos confirmados en la localidad, un número indeterminado de desaparecidos y más de un 80% del pueblo bajo las ruinas.

“Solamente parece estar a salvo la población Chacra Alicia, uno de los barrios más pobres, que se encuentra más enfilado en las montañas”, comentó César Lagos, bombero de la séptima compañía de Dichato, quien no ha dejado de trabajar desde la madrugada del sábado para atender una población que quedó olvidada en el mapa de la catástrofe.

Las redes de pescadores, algas y pescado descansan junto a todo tipo de enseres domésticos, restos de comida y hasta un reloj parado a la hora del sismo: las 03.36.

El lapso de tiempo que se produjo entre el terremoto y la llegada del agua arrolladora permitió a algunos correr hacia las colinas más cercanas para resguardarse, por lo que muchos pudieron salvar sus vidas.

LA DIFÍCIL RECUPERACIÓN
La tarea es ardua para todos aquellos que, todavía sin luz, ni agua ni alimentos empezaron hoy a hurgar entre los escombros de lo que antes era pueblo de 3.500 habitantes, que en verano recibe la visita de más de 10.000 turistas.

A pesar de que siguen sin recibir ningún tipo de ayuda, los vecinos de Dichato continúan en su búsqueda incansable para recuperar lo poco que permanece entre las ruinas.

Ahora les quedan su vida, sus fuerzas y la esperanza de encontrar un futuro entre tanta destrucción.

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