logo girando

sábado, 8 de mayo de 2010

Literatura infantil latinoamericana


Por: Ricardo González Vigil

La casa del árbol.- Como parte del Congreso de Literatura Infantil y Juvenil de América Latina, organizado por el Celelij en febrero en este año, en Santiago de Chile (por los días del terrible terremoto que asoló el país sureño) se presentaron dos obras monumentales: “Gran diccionario de autores latinoamericanos de literatura infantil y juvenil”, bajo la coordinación de Jaime García Padrino; e “Historia de la literatura infantil en América Latina” de Manuel Peña Muñoz. Aciertos mayúsculos de la española Fundación SM, ligada al sello editorial que ha dado mayor impulso a la literatura infantil y juvenil en lengua española, en los últimos treinta años: Ediciones SM. Al ser publicaciones de la fundación, no están concebidas para el circuito comercial, sino como aportes a donar a las bibliotecas públicas, universidades e instituciones para colaborar en una tarea urgente: iniciar a los niños y jóvenes en la experiencia literaria, en miras del objetivo mayor que es desarrollar la comprensión de lectura, la cual resulta capital para el desarrollo de la capacidad reflexiva, imaginativa y afectiva del ser humano.


La historia del especialista chileno Peña Muñoz amplía y actualiza su Libro “Había una vez en América. Literatura infantil en América Latina” (1997). Y el diccionario coordinado por García Padrino ostenta el enorme mérito de ser el primero en su género, sin padecer las gruesas deficiencias de las primeras tentativas; sus altas cualidades críticas y pedagógicas lo tornan un hito, marca un antes y un después. Pensemos en la casi inexistencia latinoamericana en el más importante diccionario universal dedicado a esos asuntos: “La literatura para niños y jóvenes. Guía de exploración de sus grandes temas” del eminente estudioso francés Marc Soriano (libro de mediados de los años 70, actualizado en 1994). Soriano solo da cabida a dos autores latinoamericanos: el brasileño Monteiro Lobato y el peruano César Vallejo. En su traducción al español, la especialista argentina Graciela Montes (atendiendo a un pedido del propio Soriano) añadió notas sobre el área latinoamericana, además de insertar artículos sobre el cubano José Martí y la argentina María Elena Walsh.

Redactado por investigadores diversos (por ejemplo, en Chile el mencionado Peña Muñoz), el diccionario consta de entradas que brindan reseñas biográficas, selección de los textos más importantes de cada autor (máximo cinco textos), valoración crítica y bibliográfica recomendable. En el caso peruano, el conocido poeta y promotor de la literatura infantil-juvenil, así como de la promoción de la lectura, Danilo Sánchez Lihón, ha cumplido cabalmente la tarea, destacando el legado de la tradición oral andina y amazónica, la heterogeneidad cultural peruana, las obras principales, etc. Probablemente las limitaciones de espacio (en un libro que ya posee 959 páginas) han conspirado para que Sánchez Lihón no considere recopiladores de narrativa oral como el P. Lira, Jordana Laguna y Robles Alarcón; y los personajes infantiles o adolescentes de Martín Adán (“La casa de cartón”), Diez Canseco, Reynoso, Vargas Llosa (acaba de publicar un cuento para niños, además), Bryce, Rivera Martínez y Laura Riesco (“Ximena de dos caminos”). (fuente elcomercio.pe)

La lengua polifónica

Moleskine Literario.- ¿Escribir en castellano o en español? ¿Por qué los españoles sienten que el castellano de América Latina es un dialecto y reemplazan, por ejemplo, "zopilote" por "buitre" en los libros intercontinentales (Ruiz Rosas dixit)? ¿Por qué a los latinoamericanos nos sabe tan mal las traducciones de autores coloquiales a la española con su "joder" "tío" "esto mola" etc hasta el punto que incluso los hermanos Glass de Salinger parecen personajes de Verano Azul? La revista "Babelia" se pregunta eso a dos escritores, un español que conoce bien América Latina (José María Merino) y un colombiano afincado en Barcelona (Juan Gabriel Vásquez). Esto dicen:

José María Merino: La anciana está tejiendo en un pequeño telar, sentada en una sillita, en uno de los extremos del enorme bohío de suelo de madera brillante -al parecer, el salón de baile de la pequeña localidad inmersa en la frondosa selva- en una de las orillas del canal, o mejor los canales, del Tortuguero, en Costa Rica. De esto hace más de veinte años. Es uno de mis primeros viajes a la América que habla español, y estoy charlando con esa mujer, que me cuenta algunas cosas a propósito del lugar, de los huevos de tortuga, tan sabrosos, de los pequeños caimanes que llevan a su cría sobre el lomo, de los monos aulladores, del tráfico fluvial que convierte los canales en imprescindibles vías de comunicación. Me sorprende su español, en el que la riqueza léxica muestra palabras para mí castizas, y hasta arcaicas -me trata de vos- junto a otros vocablos cuyo sentido tengo que adivinar -llama lagartos a los pequeños caimanes- igual que me sorprende la música que hace resonar su discurso, el modo de pronunciar las erres, las cadencias del fraseo. El momento, el esplendor solar convertido en una luz suave gracias al gigantesco arbolado y remansado en la solemne penumbra del bohío, la humedad que enaltece los aromas, quedan en mi recuerdo envolviendo ese español nuevo, diferente, que fluye de la boca de la mujer. [...] En la época de la que hablo he leído con atención y gusto a los escritores de lo que conocimos como boom latinoamericano -varios acabarán convirtiéndose en clásicos vivos de nuestro idioma- y he advertido las peculiaridades que le dan a su prosa su inconfundible identidad. Pero es a través de las palabras de esta mujer del pueblo cuando comprendo que mi lengua ya no tiene un único lugar de referencia, que puede ser la misma y presentar otra melodía, e incluso un léxico donde convivan pacíficamente lo habitual y lo ajeno, en tierras para mí muy lejanas. La revelación de que la anciana no habla una lengua segundona de la mía es, en cierto modo, similar a otra: la que, al leer a los cronistas y escritores de Indias, a raíz de mi primer descubrimiento americano, tuve al comprender que, en los Comentarios Reales, el Inca Garcilaso realiza un genial injerto, al contarnos la historia de sus antepasados a la luz de la cultura grecolatina. Con los años he recorrido muchos lugares de Iberoamérica, he vuelto a tener gustosas conversaciones con hablantes populares, y me sigue asombrando, con el deleite de compartir lo más hondo de ese patrimonio, la variedad de registros melódicos y la riqueza de los vocabularios. Los hispanohablantes nunca seremos capaces de abarcar todas las músicas de nuestro idioma, ni todo el léxico que lo enriquece. La fragmentación comunitaria ha favorecido la existencia de muchos reductos regionales, y en ellos surgen espacios verbales donde la intimidad, la familiaridad, ofrecen nuevos registros de un al parecer infinito panorama de modulaciones del español.

Juan Gabriel Vásquez: He tenido que pasar catorce años fuera de Colombia -y diez años de escritura, o de intentos de escritura, en Barcelona- para enterarme de algo que todos sabían, menos yo: mi lengua está en peligro. Me refiero, claro, a la lengua española con que escribo mis ficciones: al parecer, el hecho de llevar tanto tiempo fuera de mi país es una especie de atentado contra su pureza. La lengua de un expatriado como yo está amenazada (me explican) por la globalización, y el resultado es la pérdida de sus matices locales o nacionales, y la consecuente creación de una koiné donde las novelas de todo un continente acabarán sonando igual. La lengua de un expatriado como yo está sitiada (me explican) por la ubicua y contaminante presencia del inglés, con el resultado -indeseable, por lo que se ve- de que la ficción latinoamericana ahora suena toda como una traducción de Cheever o Yates. Me parece que en ello, en estas bienintencionadas inquietudes, hay un gran malentendido: la idea de que la lengua literaria se comporta igual que la lengua hablada, y de que los escritores que pasan mucho tiempo en países ajenos corren el riesgo, como si dijéramos, de "perder el acento". Pues bien, no es así. Mi coterráneo Fernando Vallejo lo explicó bien en el menos vallejiano de sus libros: Logoi. "La prosa", dice allí, "es como una lengua extranjera opuesta a la lengua cotidiana". En otras palabras, la voz con que uno cuenta sus novelas es siempre una fabricación, una invención; desde Lázaro de Tormes hasta Jacobo Deza, la voz de la ficción es una creación artificial que sólo a grandes rasgos coincide con la dicción del escritor metido en eso que, a falta de mejores palabras, llamamos mundo real. Si uno siente, como siento yo, que siempre está escribiendo en una lengua extranjera, puede sin miedo dejarse contaminar por tres años de vida en países francófonos, por diez años de vida en español peninsular, por una vida entera en estrecho contacto con el inglés de varios países; y, lejos de amilanarse por ello, lejos de sentir y temer la desnaturalización de su lengua, comprenderá que esas voces y esos ámbitos que se le ofrecen en el extranjero pueden muy bien acabar por enriquecerlo. Así que ni la contaminación ni el descenso a la koiné me han preocupado nunca. Hubo un tiempo, sí, en que la exhibición indiscriminada de localismos bastaba para hacer literatura latinoamericana; ese tiempo, por fortuna, ha pasado, y de la superstición del color local -tan afín a esa otra superstición, la del nacionalismo literario- ya se ocupó Borges en El escritor argentino y la tradición, un ensayo de los años treinta que para mí tiene el lugar de un manifiesto.

Corteza de árbol de Isaac Newton será llevada al espacio y experimentará la gravedad cero

Se trata del árbol del que cayó la manzana con que el genio inglés ideó su Teoría de la Gravedad


elcomercio.pe.- Hace 350 años, Sir Isaac Newton elaboró su ley de gravedad tras observar cómo caía una manzana de un árbol. Ahora, diez centímetros de la corteza de aquel árbol saldrán al espacio, en el último viaje del transbordar Atlantis, la próxima semana.

El astronauta británico Piers Sellers será el encargado de llevar el trozo de madera que ha sido certificado por la Royal Society de Londres. “Lo dejaré flotar un momento cuando estemos en órbita, para confundir a Newton”, bromeó.

“La llevaré a órbita y la dejaré flotando alrededor un poco, lo que confundirá a Isaac”, dijo Sellers.

Cuando Sellers voló la vez previa al espacio, en el 2006, llevó una medalla de oro que la Sociedad entregó posteriormente al físico británico Stephen Hawking. En esta ocasión, el astronauta propuso a la Sociedad, “¿Qué tal ahora algo para ustedes?”.

El pequeño trozo del manzano de Newton que ellos ofrecieron es “del que estaba mirando cuando cayó la manzana y obtuvo la idea”, subrayó entusiasta Sellers.

“Es su manzano personal … eso es extraordinario, ¿o no?”, agregó.

viernes, 7 de mayo de 2010

“El maestro que no usa Internet en esta época está perdido”

Perú21.- La Semana Educared, organizada por la Fundación Telefónica, reunió en Ayacucho a profesores de la zona y a expertos de todo el país, para hablar sobre los beneficios del uso de la tecnología en los salones de clase. Wilfredo Mejía es uno de los docentes que utiliza y aprecia estas herramientas.

"Yo terminé el colegio en 1981, tenía 15 años y Sendero golpeaba fuerte. La situación en Huanta era movida, uno no podía vivir tranquilo. La subversión se había apoderado tanto de nuestros pueblos que los jóvenes, ubicados entre dos fuegos, corríamos el riesgo de ser reclutados por Sendero Luminoso o de ser perseguidos por la Marina de Guerra. Yo quería estudiar en la universidad y, como la persecución y las hostilidades eran tan grandes, optamos, junto con mi familia, por irnos a Lima". El profesor huantino Wilfredo Mejía nos habla de los difíciles años de violencia política que le tocó padecer en su Huanta querida.

¿La educación fue una manera de escapar de estos dos bandos?
Esa era la idea. Yo viví en Lima, por Barrios Altos, del 82 al 84. Trabajé de obrero en una imprenta, pero no pude estudiar. Regresé a Huanta de visita y allí me enteré de que se había reabierto el Instituto Pedagógico. Me presenté e ingresé.

Usted no quería ser maestro…
Quería ser militar, estar en el otro bando (risas). En buena hora no lo fui. El primer año de carrera estaba un poco frustrado pues mis metas profesionales no se habían cumplido –con la carga extra, además, de que todos mis hermanos eran profesionales–, pero a partir del segundo año empecé a interesarme mucho en el magisterio, tanto que terminé como el segundo de mi promoción. Acabé mi carrera en el 89 y, un año después, conseguí una plaza en la escuela Clara Castillo, del mismo Huanta, donde enseño desde entonces.

Huanta vivía un clima de violencia. ¿Cómo se sentía eso en la escuela?
Nos habíamos acostumbrado tanto a la violencia que, para nosotros, era normal. Ya no nos sorprendían los apagones, las voladuras de torres, los dinamitazos, los asesinatos de autoridades... Sin embargo, esto no significaba que, por miedo, no enfrentásemos la situación con nuestros alumnos, sabiendo, además, que muchos venían de zonas rurales, donde la violencia había sido mayor.

¿Tuvo muchos alumnos golpeados por la violencia?
Sí, muchos vivían con sus abuelos pues sus padres habían sido reclutados o desaparecidos. En ellos nos concentrábamos pues habíamos de realizar un trabajo más delicado, intenso y responsable, casi de filigrana, tomando también en cuenta el hecho de que sus familiares no sabían leer ni escribir. Muchos tenían problemas de aprendizaje, de conducta. Eran niños muy tímidos, muy callados, niños bastante retraídos. Nuestra lucha consistió en insertarlos en la escuela y en la comunidad. Queríamos quitarles el miedo.

Sendero tenía mucho interés en el magisterio. ¿Cómo se libró?
interés Por suerte, trabajé en una zona urbana. Quienes corrían más riesgo eran los maestros de las zonas rurales, donde Sendero incursionaba de manera muy fácil. Igual, más allá de la costumbre, la sensación de miedo e inseguridad era constante.

¿Recuerda cuándo usó una computadora por primera vez?
En el 98, en la escuela, a partir de una iniciativa de los docentes. Hicimos varias actividades y juntamos US$1,500, una cifra altísima para nosotros. Usábamos la computadora para hacer nuestros exámenes. No había ni programa Huascarán ni de Tecnologías Educativas. En el 2005 nos donaron cinco más e implementamos el centro de cómputo. Hoy tenemos 18 máquinas con Internet.

¿Cuándo se compró su primera computadora?
En el 2004. Ahora tengo una laptop. La computadora ha revolucionado mi forma de actuar como maestro. Me ha aliviado el trabajo; ahora puedo preparar en ella mis clases, etcétera.

¿Cómo han cambiado los niños a partir del uso masivo de la computadora?
Antes veían con temor a la computadora, no querían usarla, tocarla, manipularla. Hoy son muy despiertos, muy hábiles, saben entrar a los programas, usan Internet, manejan juegos, tienen sus correos… Son más moscas y aprenden más rápido que nosotros.

¿Siente que, gracias a la tecnología y a Internet, es hoy un mejor maestro?
(Piensa). Sí. En primer lugar, ya no podemos quejarnos por la falta de material, pues es muy probable que esté en Internet y que descargarlo sea gratuito. El maestro que no usa Internet en esta época está perdido. Hoy, felizmente, la resistencia es menor.

martes, 4 de mayo de 2010

Google empezará a vender libros digitales antes de agosto

Perú21.- La empresa de Internet anunció su ingreso a este mercado, con lo cual se convertiría en un competidor de Amazon y de Apple.

El gigante de Internet Google anunció que comenzará a vender libros digitalizados de aquí a fines de julio, con el aval de los editores y sin esperar que la justicia se pronuncie sobre la solución alcanzada con algunos actores del sector respecto de obras pertenecientes al dominio público.

La librería virtual bautizada como Google Editions, “será lanzada antes de fin de julio”, dijo un portavoz de la compañía, Gabriel Stricker. Esto implica que cualquier aparato de lectura en Internet, incluido el iPad de Apple, un teléfono portátil o una computadora, permitirá acceder a esta biblioteca virtual, que propondrá libros que los propios editores quieren vender en Internet.

Su oferta competirá con la librería de Amazon, que vende títulos para su tableta de lectura Kindle, pero también para los iPad, iPhones o iPod de Apple.

JEFE DE ESTADO INAUGURÓ CENTRAL TERMOELÉCTRICA EN CHILCA.

PUNTO DE ENCUENTRO.- El país continuará en 2011 por el camino de la inversión y el crecimiento social, pues un amplio porcentaje de la población apuesta por esa vía, afirmó hoy el presidente Alan García Pérez, al asegurar que Perú ha entrado en una fase de crecimiento “sin nubarrones ni precipicios” a la vista.

Sostuvo que más allá de la visión alarmista y catastrófica de algunos, las condiciones sociales del país mejoran y destacó que los sectores antisistema no han podido “remecer” Lima, ni las grandes ciudades del país como Arequipa, Trujillo, Cusco, entre otras.


“¿Qué pasará en 2011? Nada, en 2011 Perú continuará por donde está caminando, por la inversión, el crecimiento social. Porque estoy seguro de que el 75 u 80 por ciento de la población hace su apuesta por eso, con apellidos diferentes, pero, finalmente, en una conjunción que a la postré hará que Perú continúe.”

En ese sentido, manifestó que las protestas sociales se presentan en zonas alejadas y pequeñas, y no en la mayoría del territorio, porque “el pueblo sabe que con defectos y con problemas fragmentarios este es su camino, y lo va entendiendo”.

Durante la ceremonia de la central térmica de Chilca, en la provincia de Cañete, señaló que esta fase de crecimiento que experimenta el país está retroalimentada por el consumo interno y la ampliación de los beneficios e ingresos a la población.


Es la hora de Perú

El Jefe del Estado manifestó que como nunca antes en su historia, Perú vive la posibilidad de lograr un crecimiento sólido y sostenido, que reduzca la pobreza y que sea un proceso inclusivo para todos los peruanos.

“Esta es la hora de Perú. Nuestro país ha entrado, como otras veces en su historia, en una fase de expansión; pero esta vez muy autosostenida, que retroalimenta con el consumo interno y la ampliación de los beneficios del ingreso a la población.”

Incluso, manifestó que ni en el gobierno militar de izquierda de 1968 a 1980 se logró la transformación social que ahora se está logrando, pese a todo el crédito que se obtuvo en ese entonces, cuando la deuda pasó de 800 millones a 6 mil millones de dólares.

“La verdadera izquierda es darle a la gente empleo, luz, agua potable, carreteras y, si se puede, techo en donde vivir, y hacerlo con paciencia, sin dar saltos mortales al vacío, sin escuchar el consejo de la desesperación, de la impaciencia, que a veces es simplemente ignorancia.”

“Aquí preferimos el camino modesto, institucional y realista, que no deja de ser inteligente; hay gente que quisiera alzarse contra Dios y contra la historia, con frases altisonantes y maravillosas para pasar a la historia; y lo único que hacen es precipitarse al abismo.”


Central térmica

El Presidente indicó que la puesta en marcha de la central termoeléctrica de Chilca, con una inversión de 110 millones de dólares, es una nueva apuesta y una cuestión de fe en el país, así como en la estabilidad jurídica y económica.

Esta planta, cuya potencia instalada es de 192.5 MW, es parte del Sistema Eléctrico Interconestado Nacional, con lo cual contribuirá a satisfacer nuestra demanda interna en energía y proveerla en épocas de sequía o cuando los caudales del río bajen.

La construcción de esta central térmica, a cargo de la empresa Duke Energy, ha generado más de 300 puestos de trabajo beneficiando en su mayoría a los pobladores de la zona.

La compañía también ha firmado un convenio de cooperación con la municipalidad de Chilca por dos millones 200 mil nuevos soles, monto que será invertido en proyectos de desarrollo social para la localidad.

El Mandatario informó que esta central producirá 182 megavatios, capaz de dotar de electricidad de manera simultánea a Piura, Chiclayo y Cajamarca, en caso de que falte electricidad.

Bellavista, tradicional Calle de capital cañetana hoy convertida en Calle "De los huecos" o "Feavista"

En el distrito de San Vicente se vienen realizando trabajos de refacción de la calle Bellavista, calle que forma parte del casco urbano de esta ciudad.
La calle Bellavista, es una de las más antiguas se podría decir, al punto que las casas que se mantenían en pie, hasta antes del terremoto de agosto del 2007, estaban construidas de quincha y barro o en el mejor de los casos en adobe.
Esta otrora tradicional arteria de la ciudad se extiende aproximadamente unos 200 metros desde la intersección de la calle Alfonso Ugarte hasta el Jr. José Gálvez.
Como es ya sabido las casas de quincha y adobe fueron derruidas como consecuencia del fuerte movimiento telúrico, pero además las redes tanto de agua como desagüe también colapsaron, razón por la que al igual que en otras principales arterias se renovaron los servicios y redes de saneamiento. Pero para realizar estas obras se tuvo que romper el pavimento de la calzada, que para entonces era una pista deteriorada. Empleando maquinaria pesada como: taladros hidráulicos para poder abrir las zanjas las mismas que dejaron al descubierto un terreno completamente humedecido por los ductos metálicos (red de agua) corroídos y deteriorados por los años y los de concreto (red de desagüe) fracturados tanto por su antigüedad como consecuencia del terremoto. Finalizadas las obras procedieron a cubrir las zanjas con concreto dejando una calle tortuosa llena de baches, grietas y parches.
Sin embargo, hoy la Municipalidad ha iniciado aparentemente obras de refaccionamiento y no ha tenido “mejor idea” que seguir parchando una calle que ya de por sí es “toda parches”. Supuestamente luego se vertirá una capa de asfalto, el clásico “recapeo”, pero es evidente que aún “recapeando” la calle esta quedará llena de ondulaciones y cederá dentro de poco por lo inestable y húmedo del terreno y por el peso de los vehículos que transitan por esta céntrica arteria de la ciudad.
Lo ideal es que se cambie toda la carpeta asfáltica, dado que es una calle no muy extensa y lo que están haciendo evidentemente es un gasto inútil.
Además la forma como se viene trabajando es cuasi artesanal, basta ver el sistema que tienen para calentar el asfalto y compactar el terreno.
Por otra parte al ingreso de esta calle se ha formado un vertedero de basura y desmonte, en un terreno baldío, y la Municipalidad no hace nada por erradicarlo, es más allí se había colocado hace un par de días, un panel consignando detalles de la ejecución de la obra, pero algo inusual ha ocurrido, no pasaron 24 horas desde su instalación y la gigantografía del mismo ha sido arrancada de su bastidor, algo que normalmente no suele ocurrir con paneles informativos, salvo cuando se ha tratado de publicidad política partidaria.
Es lamentable como pueden luego atreverse a presentar estos trabajos como obras dignas de destacar, como cuando anuncian “Más pistas para Cañete”. Las imágenes no nos dejan mentir.