Por María Jesús Ribas / EFE REPORTAJES,
actualizado: 29/03/2011
¿Por que nos resulta tan difícil cultivar la amabilidad cada día y con cada persona? La mayoría de las veces ello se debe a lo que nos han enseñado. Pero podemos aprender una nueva y buena forma de relacionarnos con los demás: desde el afecto, la alegría y el respeto. Los primeros beneficiados somos nosotros mismos.
Las acciones amables hacen retroceder la hostilidad.
MSN.Latinoamerica.- "Hay tres cosas importantes en la vida: ser amable, ser amable y ser amable”, señaló el escritor estadounidense Henry James, en alusión a esa cualidad humana que los diccionarios definen como ser digno de ser amado, afable, complaciente, afectuoso…
Pero ¿cuál es la razón de que nos resulte tan difícil ser amables con otras personas? ¿Por qué no tratamos a los demás como nos gustaría que nos tratasen a nosotros: con una sonrisa en los labios, unas palabras agradables y una respetuosa atención?.
“Está claro que nadie se levanta una mañana y decide que de ese momento en adelante será una persona amable. La amabilidad se desarrolla con el tiempo, cuando abrimos el corazón y la mente para convertirnos en personas que expresan más amor”, señala el terapeuta y consejero matrimonial Gary Chapman, autor del libro “Amar, una nueva forma de vida”.
Según Chapman “relacionarse con los demás de manera armoniosa no es tan difícil como pudiera parecer. Ya se trate de la pareja, los padres, los amigos o simplemente las personas que tratamos a diario, el secreto de las buenas relaciones consiste en hacer del amor motor y centro de nuestros actos, entendiendo el amor como una actitud voluntaria y consciente”.
“La expresión del auténtico cariño no sólo es la mejor oportunidad que se nos ofrece de mejorar nuestras relaciones y dar un nuevo sentido a la existencia; es la única que tenemos”, señala el popular escritor y conferenciante afincado en Carolina del Norte (EE.UU.).
“No se trata de incorporar a nuestra vida el amor en forma de buenas intenciones o como un sentimiento indefinido, sino cultivando una serie de cualidades concretas”, explica.
“Para relacionarse con cariño y armonía es necesario conocer el lenguaje del amor, una forma de comunicación que se puede desarrollar a través de siete rasgos concretos, el primero de los cuales es la amabilidad, entendida como aprender a descubrir las necesidades del otro y ser capaz de anteponerlas a las propias”, explica el autor de “Amar, una nueva forma de vida”.
LA SIETE CLAVES DEL AMOR.
Las otras cualidades que hay que cultivar para relacionarse mejor son la paciencia para aceptar las imperfecciones de los demás; la capacidad de perdón y renunciar a la ira, empezando por dejar atrás las pequeñas ofensas y la cortesía para considerar el valor de los demás y tratar como amigos incluso a los desconocidos).
Gary Chapman también recomienda aplicar a nuestras relaciones la humildad para ser capaz de aceptar la ayuda de los demás, generosidad para dar atención, tiempo, dinero o compasión a cambio de nada y la sinceridad para tener el valor de mostrar quién eres.
En lo que se que se refiere concretamente a la amabilidad, Chapman señala que para iniciarse en práctica, “nada mejor que conocer los beneficios tanto físicos como mentales y emocionales de comportarse amablemente con los demás”. Hacerse consciente de los frutos de la amabilidad se convierte en un poderoso estímulo y refuerzo para aplicarla cada vez más y con más gente,
Uno de los principales beneficios de la amabilidad llega de manera natural, como consecuencia de nuestros actos, palabras y actitudes más atentos hacia los demás: si sembramos amabilidad, probablemente la cosechemos incluso multiplicada por parte de quienes nos rodean. Establecemos una conexión emocional más profunda con ellos y los sentimos más cercanos.
Pero, según Gary Chapman, ser amable reporta otros beneficios como el sentimiento de euforia y a la vez de paz que se obtiene después de realizar una acción generosa, el cual ha sido definido como “embriaguez de la persona que ayuda”.
Según el terapeuta estadounidense “se ha demostrado que las acciones amables hacen retroceder los sentimientos de depresión, hostilidad y aislamiento. Asimismo, los problemas de salud relacionados con el estrés suelen mejorar después de ayudar a alguien,
Además, los beneficios para la salud y sensación de tranquilidad que provoca este comportamiento amable siguen activos horas e incluso días después del hecho cada vez que lo evocamos.
“Está demostrado que preocuparse por los demás de manera positiva mejora el sistema inmunológico (defensas orgánicas) y que actuar con amabilidad aumenta el sentimiento de valía personal, el optimismo y la satisfacción general en la vida”, según el experto estadounidense.
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