Perú2.1.- (Marco Sifuentes) ¿Dónde está leyendo esto? ¿En un papel? Por un momento, asumamos que no, que está leyendo la versión web. ¿La está leyendo en la computadora de su casa, en la de su trabajo o en una cabina? No sería de extrañar. ¿Es normal acceder a una computadora, verdad? No es, digamos, algo que solo entienden ciertos ingenieros. No.
¿Cómo es que llegó específicamente a este texto? ¿Tuvo que teclear una serie de comandos inescrutables en una pantalla negra? No, ¿verdad? Simplemente movió su mouse a través de una serie entornos gráficos que hace mucho tiempo alguien le explicó cómo usar. Una vez. Y listo. Y ese alguien seguramente fue un compañero de trabajo o sus padres o sus hijos. Nadie especializado. En algún momento, para llegar a este texto, usted hizo click en un dibujito pequeño que usted sabe es la puerta de entrada a Internet. Fácil, ¿no? Aprietas aquí y listo.
O, quizás, le enviaron este artículo por correo y usted, que todavía no se levanta de la cama, lo abrió en su celular. Es una pesadez estar conectado todo el día gracias al celular pero, admítalo, también puede ser muy útil. Como ahora mismo que usted está leyendo esto en su cama.
O de repente está en la combi y mientras lee esto, tiene puesto audífonos en los que va escuchando una de las cientos de canciones que tiene almacenadas aquí, en el celular que usted tiene en la mano. Eso no significa que usted carga decenas de discos compactos consigo (si es que todavía compra CDs).
Todo esto es culpa de Steve Jobs. Un verdadero genio. No todos los aparatos, innovaciones y cambios mencionados líneas arriba son creación suya pero todos son su responsabilidad.
Jobs no inventó la interfase gráfica a través de la cual ahora interactuamos con las computadoras, tampoco inventó el mouse. Pero supo reconocer su poder comercial de cuando vio un software de Xerox. Hasta entonces, las computadoras personales se operaban a través de líneas de comandos, o sea, palabras y secuencias de teclas que uno tenía que memorizar (si usted llegó a usar el DOS sabe a lo que me refiero).
Apple creó las metáforas visuales del "escritorio", los "fólders" y hasta las "ventanas" para operar sus Macintosh. El concepto era muy poderoso: no era necesario ser un nerd para manejar una computadora. Al contrario, la idea era no te preocupes, usa esto para lo que tienes que usarlo y nosotros hacemos todo lo demás.
Luego Microsoft copiaría el concepto de la interfaz gráfica para remplazar su DOS con su Windows, que se volvió el sistema operativo hegemónico en el mundo. No sería la primera vez que una idea de Steve Jobs, directa o indirectamente, cambiaría el mundo.
A estas alturas ya es redundante reseñar las revoluciones que significaron el iPod, el iPhone y el iPad, en ese orden. Todos fueron recibidos con incredulidad y todos fueron no sólo pioneros sino que son el estándar en sus rubros. No son los más baratos pero sí los más copiados.
"¿Qué demonios va a hacer la gente común y corriente con una computadora?", se pregunta un ejecutivo de la Hewlett-Packard en la película "Piratas de Silicon Valley", que retrata los inicios de Bill Gates y Steve Jobs.
Eso es lo que hizo Jobs. No fue un dios, pero le robó el fuego a los dioses y lo trajo a los mortales. Y no lo hizo una vez, lo hizo varias veces. En eso radicó el genio de este Prometeo, en entender que su camino era convertir la tecnología en una experiencia cotidiana. Pero, eso sí, sin descuidar su visión. Tenía que ser, también, una experiencia estéticamente placentera. Si eso encarecía los costos, si eso volví a sus productos elitistas, eso no importaba, ya su competencia se encargaría de masificar sus ideas. Él se quedaría con la experiencia original. Y eso fue lo que hizo. Una y otra vez.
Se ha dicho que era DaVinci de la informática y quizás exageran. Quizás. Pero si usted alguna vez se preguntó como habría sido vivir en la misma época que DaVinci o Tesla, no se lo pregunte más y mire a su alrededor. Mire cómo está leyendo esto o cómo va a revisar su correo o cómo escuchó la última canción en su celular. Mire todo el fuego a su alrededor.
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