Perú21.PE.- "Durante dos años, el colectivo Viaexpresa montará obras en el Auditorio del MALI. Serán obras distintas, arriesgadas. Buscamos atraer público que, generalmente, no va al teatro. Nuestros precios serán populares", afirma Mariana de Althaus.
Autor: Gonzalo Pajares C.
“Nací en Lima en 1974. Sí, soy una mujer del siglo pasado (risas)”, nos dice Mariana de Althaus, actriz, directora y dramaturga peruana, quien, junto con el colectivo Viaexpresa, estrena mañana la obra Aeropuerto en el novísimo Auditorio AFP Integra del MALI.
¿LA PASASTE BIEN EN EL COLEGIO? No, fui una mala alumna: era muy tímida, muy desadaptada. Soporté esa etapa porque tenía mi mundo interior muy desarrollado: estaba lleno de fantasía, de un juego solitario. Luego, me rebelé y me adapté, pero creo que siempre tendré una distancia con la realidad.
ERES MAMÁ… (Se le ilumina el rostro y sonríe). Creo que eso me ha hecho ser menos desadaptada. ¿Nuestros padres son responsables de nuestra desadaptación? Totalmente (risas). Los padres tenemos una responsabilidad demasiado fuerte: todo el tiempo nos paramos equivocando. Hacemos nuestro mejor esfuerzo pero fracasamos. Y, sí, me siento responsable de lo que es y será mi hija. Yo trato de ser una buena persona, esa es la única manera de ser un buen padre. Uno no quiere repetir los errores de los padres, pero los repite (ríe).
¿SIEMPRE QUISISTE ESTUDIAR LITERATURA? Siempre he sido muy lectora y me encantaban el mundo y la pose intelectual. Crecí en una casa de intelectuales y siempre quise hacer teatro. Pero, no me atreví a hacerlo porque en mi casa era visto como algo 'inferior’. Mis padres querían que tenga una carrera universitaria, por eso me fui a Literatura. Primero ingresé a Cine en la de Lima, pero allí me sentí más desadaptada que en el colegio. Entonces, me fui a la Católica: no sé si soy una intelectual, pero el ambiente de allí era lo más parecido a lo que sentía. Igual, en la Católica era la chica de ojos claros que no conversaba con nadie. Nunca me ha sido fácil hacer amigos, incluso ahora.
¿TE GUSTA LEER TEATRO? Yo solo he escrito teatro, es lo que me fluye naturalmente: no lo puedo explicar. Voy desde muy chiquita y siempre me apasionó. Para mí, lo difícil es escribir narrativa porque todo lo sintetizo: el teatro es síntesis. Reconozco, sí, que leer teatro es difícil, pues exige un doble ejercicio de imaginación: la narrativa todo lo describe, todo lo explica, todo lo cuenta; en cambio, en el teatro hay que imaginar, lo que puede ser agobiante y maravilloso a la vez.
TU REGISTRO ES AMPLIO: HACES OBRAS DE CORTE TRADICIONAL PERO TAMBIÉN HAS MONTADO OBRAS EXPERIMENTALES, PERFORMANCES… Yo escribo lo que me sale de las tripas y, felizmente, siempre me salen cosas diferentes. Los creadores hacemos, creamos, no nos planteamos muchas disyuntivas.
ERES UNA PRESENCIA CONSTANTE EN NUESTRA ESCENA TEATRAL, ¿SUERTE, TRABAJO, TALENTO? El teatro local vive una buena época. Se están creando 'movidas’, con espacios para todo público y gustos. Hay más actores, directores, dramaturgos y público. Si mi trabajo resalta es porque no he parado: hago, por lo menos, una obra por año. Y esto se debe a una compulsión mía, pues, para mí, hacer teatro es una compulsión. Tenga o no tenga apoyo, consigo una sala y el dinero y monto la obra… lo cual me ha generado muchos problemas de estrés y de salud (ríe).
DE TUS OBRAS ME GUSTÓ MUCHO RUIDO…Es la más política de mis obras. Habla del miedo. En 2016, cuando vuelva a postular Alan García, sería ideal ponerla en escena otra vez (risas). Desde mi experiencia, no siento que quienes crecimos durante la época del terrorismo hayamos sido unos 'alpinchistas’, sucede que necesitábamos distanciarnos de lo que pasaba a nuestro alrededor: era nuestro mecanismo de defensa, pues era demasiado fuerte lo que vivíamos y, si encima nos pedían compromiso, por favor, no, preferíamos pensar en otras cosas: el arte y el amor.
¿POR QUÉ EL ARTE Y EL AMOR SIRVEN COMO ESCAPE ANTE UNA SITUACIÓN LÍMITE? Son como salvavidas… pero no sé si resultan un escape, pues el arte y el amor también generan un montón de sufrimiento.
¿EXISTE EL TEATRO PERUANO?Sí, he sentido que existe. Hay muchos jóvenes dramaturgos que están escribiendo cosas importantes. No somos una cantidad enorme pero somos. Y, algo bueno, nos preocupamos en montar lo que escribimos.
EN EL TEATRO HAY MUCHO EGO, ¿CÓMO HAN PODIDO REUNIRSE CINCO DIRECTORES Y FORMAR UN COLECTIVO COMO VIAEXPRESA? Los directores nos caracterizamos por el ego, sin él no podemos dirigir. Lo que estamos haciendo es una apuesta arriesgada, pero la tenemos bien conversada: somos amigos, personas civilizadas y buena onda. Las decisiones demoran hoy cinco veces más –nuestros actores están sufriendo–, por eso, el ejercicio de tolerancia y paciencia es enorme, pero divertido, además, las ideas se multiplican por cinco y, si hay problemas, las soluciones son múltiples. En realidad, es una locura divertida. Hemos pensado a Viaexpresa como un espacio para hacer proyectos arriesgados, investigar, explorar.
ESTRENAN AEROPUERTO JUSTO CUANDO MUCHOS QUIEREN IRSE DEL PAÍS… Esas son las paradojas del arte, que puede ser premonitorio. La obra parte de esas ganas de irnos que todos los peruanos hemos vivido. Mucha gente estuvo regresando y, de pronto, estamos renovando el pasaporte. Aeropuerto es un espacio especial, un espacio de tránsito –emocional, espacial, temporal– un proyecto poderoso… y bien peruano (risas).
¿LA PASASTE BIEN EN EL COLEGIO? No, fui una mala alumna: era muy tímida, muy desadaptada. Soporté esa etapa porque tenía mi mundo interior muy desarrollado: estaba lleno de fantasía, de un juego solitario. Luego, me rebelé y me adapté, pero creo que siempre tendré una distancia con la realidad.
ERES MAMÁ… (Se le ilumina el rostro y sonríe). Creo que eso me ha hecho ser menos desadaptada. ¿Nuestros padres son responsables de nuestra desadaptación? Totalmente (risas). Los padres tenemos una responsabilidad demasiado fuerte: todo el tiempo nos paramos equivocando. Hacemos nuestro mejor esfuerzo pero fracasamos. Y, sí, me siento responsable de lo que es y será mi hija. Yo trato de ser una buena persona, esa es la única manera de ser un buen padre. Uno no quiere repetir los errores de los padres, pero los repite (ríe).
¿SIEMPRE QUISISTE ESTUDIAR LITERATURA? Siempre he sido muy lectora y me encantaban el mundo y la pose intelectual. Crecí en una casa de intelectuales y siempre quise hacer teatro. Pero, no me atreví a hacerlo porque en mi casa era visto como algo 'inferior’. Mis padres querían que tenga una carrera universitaria, por eso me fui a Literatura. Primero ingresé a Cine en la de Lima, pero allí me sentí más desadaptada que en el colegio. Entonces, me fui a la Católica: no sé si soy una intelectual, pero el ambiente de allí era lo más parecido a lo que sentía. Igual, en la Católica era la chica de ojos claros que no conversaba con nadie. Nunca me ha sido fácil hacer amigos, incluso ahora.
¿TE GUSTA LEER TEATRO? Yo solo he escrito teatro, es lo que me fluye naturalmente: no lo puedo explicar. Voy desde muy chiquita y siempre me apasionó. Para mí, lo difícil es escribir narrativa porque todo lo sintetizo: el teatro es síntesis. Reconozco, sí, que leer teatro es difícil, pues exige un doble ejercicio de imaginación: la narrativa todo lo describe, todo lo explica, todo lo cuenta; en cambio, en el teatro hay que imaginar, lo que puede ser agobiante y maravilloso a la vez.
TU REGISTRO ES AMPLIO: HACES OBRAS DE CORTE TRADICIONAL PERO TAMBIÉN HAS MONTADO OBRAS EXPERIMENTALES, PERFORMANCES… Yo escribo lo que me sale de las tripas y, felizmente, siempre me salen cosas diferentes. Los creadores hacemos, creamos, no nos planteamos muchas disyuntivas.
ERES UNA PRESENCIA CONSTANTE EN NUESTRA ESCENA TEATRAL, ¿SUERTE, TRABAJO, TALENTO? El teatro local vive una buena época. Se están creando 'movidas’, con espacios para todo público y gustos. Hay más actores, directores, dramaturgos y público. Si mi trabajo resalta es porque no he parado: hago, por lo menos, una obra por año. Y esto se debe a una compulsión mía, pues, para mí, hacer teatro es una compulsión. Tenga o no tenga apoyo, consigo una sala y el dinero y monto la obra… lo cual me ha generado muchos problemas de estrés y de salud (ríe).
DE TUS OBRAS ME GUSTÓ MUCHO RUIDO…Es la más política de mis obras. Habla del miedo. En 2016, cuando vuelva a postular Alan García, sería ideal ponerla en escena otra vez (risas). Desde mi experiencia, no siento que quienes crecimos durante la época del terrorismo hayamos sido unos 'alpinchistas’, sucede que necesitábamos distanciarnos de lo que pasaba a nuestro alrededor: era nuestro mecanismo de defensa, pues era demasiado fuerte lo que vivíamos y, si encima nos pedían compromiso, por favor, no, preferíamos pensar en otras cosas: el arte y el amor.
¿POR QUÉ EL ARTE Y EL AMOR SIRVEN COMO ESCAPE ANTE UNA SITUACIÓN LÍMITE? Son como salvavidas… pero no sé si resultan un escape, pues el arte y el amor también generan un montón de sufrimiento.
¿EXISTE EL TEATRO PERUANO?Sí, he sentido que existe. Hay muchos jóvenes dramaturgos que están escribiendo cosas importantes. No somos una cantidad enorme pero somos. Y, algo bueno, nos preocupamos en montar lo que escribimos.
EN EL TEATRO HAY MUCHO EGO, ¿CÓMO HAN PODIDO REUNIRSE CINCO DIRECTORES Y FORMAR UN COLECTIVO COMO VIAEXPRESA? Los directores nos caracterizamos por el ego, sin él no podemos dirigir. Lo que estamos haciendo es una apuesta arriesgada, pero la tenemos bien conversada: somos amigos, personas civilizadas y buena onda. Las decisiones demoran hoy cinco veces más –nuestros actores están sufriendo–, por eso, el ejercicio de tolerancia y paciencia es enorme, pero divertido, además, las ideas se multiplican por cinco y, si hay problemas, las soluciones son múltiples. En realidad, es una locura divertida. Hemos pensado a Viaexpresa como un espacio para hacer proyectos arriesgados, investigar, explorar.
ESTRENAN AEROPUERTO JUSTO CUANDO MUCHOS QUIEREN IRSE DEL PAÍS… Esas son las paradojas del arte, que puede ser premonitorio. La obra parte de esas ganas de irnos que todos los peruanos hemos vivido. Mucha gente estuvo regresando y, de pronto, estamos renovando el pasaporte. Aeropuerto es un espacio especial, un espacio de tránsito –emocional, espacial, temporal– un proyecto poderoso… y bien peruano (risas).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario