La Iglesia Católica lo inhuma ahora como un héroe. Hace 467 años, fue colocado en una tumba sin nombre por sus descubrimientos “heréticos”. Perú21.- Los restos del astrónomo Nicolás Copérnico (1473-1543) recibieron hoy sepultura en el altar de la catedral de Frombork, en una ceremonia encabezada por el líder de la Iglesia católica polaca, el arzobispo Jozef Kowalczyk.
El autor de la teoría heliocéntrica del Sistema Solar fue inhumado ahora como héroe, a 467 años de que fuera sepultado en dicha catedral, en una tumba sin nombre porque la Iglesia Católica consideraba heréticos sus descubrimientos.
Los arqueólogos hallaron sus restos hace cinco años durante unas excavaciones. Las pruebas de ADN confirmaron después que el cráneo y los huesos pertenecían al famoso astrónomo y matemático nacido en 1473 que, tras estudiar en Cracovia e Italia, pasó la mayor parte de su vida en Frombork hasta su muerte.
En su obra más famosa, De Revolutionibus Orbium Coelestium defendía la teoría de que el Sol y no la Tierra, era el centro del universo. L*a Inquisición la condenó como absurda y herética en 1616*. En 1757, la Iglesia Católica reconoció la validez del sistema mundial copernicano, pero hasta 1993 no fue rehabilitado por el papa Juan Pablo II.
El autor de la teoría heliocéntrica del Sistema Solar fue inhumado ahora como héroe, a 467 años de que fuera sepultado en dicha catedral, en una tumba sin nombre porque la Iglesia Católica consideraba heréticos sus descubrimientos.
Los arqueólogos hallaron sus restos hace cinco años durante unas excavaciones. Las pruebas de ADN confirmaron después que el cráneo y los huesos pertenecían al famoso astrónomo y matemático nacido en 1473 que, tras estudiar en Cracovia e Italia, pasó la mayor parte de su vida en Frombork hasta su muerte.
En su obra más famosa, De Revolutionibus Orbium Coelestium defendía la teoría de que el Sol y no la Tierra, era el centro del universo. L*a Inquisición la condenó como absurda y herética en 1616*. En 1757, la Iglesia Católica reconoció la validez del sistema mundial copernicano, pero hasta 1993 no fue rehabilitado por el papa Juan Pablo II.
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