Es difícil comprender cómo en el momento en que la administración educativa trata de poner en marcha la Escuela 2.0 a través de una dotación tecnológica sin precedentes, un centro educativo “concertado” del Gobierno Vasco se permite el lujo de despedir a un docente que utilizaba recursos 2.0 para la docencia.
“... La metodología que usted ha utilizado para dar sus clases no se ajusta a los parámetros establecidos por la normativa en vigor (Diseño Curricular Base del Ciclo de Educación Infantil), ya que usted la ha basado en el uso del blog como elemento motor de la asignatura.” (tomado de Aulablog)
Esta es una de las tantas incongruencias mostradas en los planes educativos, por un lado se propugna la modernidad, la competitividad y por otro se toman determinaciones retrógradas que coactan la creatividad y la capacidad innovadora. No resulte extraño pues encontrar en el Perú instituciones educativas que prohiben el internet, otras que prohiben la utilización del data show o lo más común el uso de la tecnología doméstica, como el de la calculadora. No sé... usted, pero de haber sido yo el inventor de esta última, me sentiría fracasado al ver el veto sobre mi creación.
¿De qué educación o docentes del siglo XXI estamos hablando?
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