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lunes, 5 de julio de 2010

FELIZ DÍA MAESTRO

El Arte de Enseñar.- Desde aquí, quiero enviar el saludo fraterno a esa enorme legión de hombres y mujeres que forman parte del siempre digno magisterio peruano.

Al mismo tiempo agradecer los saludos y las muchas manifestaciones de aprecio y consideración a este modesto servidor de parte de colegas, padres de familia, alumnos y ex alumnos.


He considerado dedicar este post para resaltar la loable labor de todos aquellos que hemos abrazado esta profesión de ser maestro, la misma que significa un claro apostolado.


La educación (del latín educere "guiar, conducir" o educare "formar, instruir") puede definirse como: El proceso mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar.


La educación no sólo se produce a través de la palabra: está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes, los cuales son denominados en el ámbito educativo como "currículo oculto".


Así, a través de la educación, las nuevas generaciones asimilan y aprenden los conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo de generaciones anteriores, creando además otros nuevos.


Es importante precisar que toda educación contempla la información y la formación.

La información nos proporciona los conocimientos necesarios para manejarnos en la sociedad y conseguir una capacitación profesional que permita el desarrollo personal en el trabajo. La información no se refiere solamente al aspecto profesional, sino también a la adquisición de habilidades y procedimientos de actuación, que permiten perfeccionar ciertas facultades humanas.


Pero la información sola no basta, hace falta que vaya acompañada de una orientación. Esto es lo que llamamos formación.


La educación conduce a la formación de un hombre más maduro, más completo y más coherente.
El hombre es maduro cuando alcanza un buen equilibrio personal entre sus facultades intelectuales, su cuerpo y sus relaciones sociales.


Es completo cuando sabe integrar diversas vertientes adecuadamente y es coherente cuando establece una armonía ente las ideas y la conducta, entre la teoría y la práctica. El hombre formado es más humano y más espiritual, más dueño de sí mismo.


En toda educación es importante la figura del educador (padre y profesor) PERO NO MAS IMPORTANTE QUE LA DEL ALUMNO.


El poder del educador depende menos de su palabra que de su ejemplo.


El alumno necesita un modelo de identidad, una persona ejemplar a la que admirar y en quien aprender. Las palabras mueven, pero el ejemplo arrastra.


Pero el protagonista de la educación, es la propia persona que formula y desarrolla su proyecto personal. Los medios para alcanzar los objetivos propuestos son dos: la motivación y el esfuerzo.
La motivación nos mueve a actuar y mediante el esfuerzo realizamos pequeños vencimientos concretos, repetidos una y otra vez, hasta conseguir el control de la propia conducta.

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